Desfile 2003
Los estrenos La salida La lluvia El sentimiento El encierro
LOS ESTRENOS:
Todo estaba preparado para el gran día, aquel en el que culminaría el trabajo de todo un año de esfuerzos cofrades. Los hermanos de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias habían preparado, con toda la pasión y el fervor que se merece, la salida procesional de su Virgen. Todo hacía apuntar que iba a ser una gran noche. La Cofradía, en su continuo afán por mejorar año tras año, presentaba numerosos estrenos, y contaba de nuevo con la presencia de la Legión Española, Hermana Mayor Honoraria desde 1970, y de la Agrupación Musical Virgen de la Estrella, que acompañaba a Nuestra Señora de las Angustias por cuarto año consecutivo.
La Junta de Gobierno de la Cofradía se había marcado como objetivo para este año la mejora de la vestimenta, tanto en los horquilleros como en los nazarenos. En este sentido, se estrenaron 15 túnicas de nazareno y 10 casacas de horquillero. Las ropas fueron mejoradas con respecto a años anteriores y para ello la Cofradía recurrió a la imposición de nuevos escudos. Los nazarenos estrenaron 100 escudos de la Cofradía, que lucieron en el velillo de sus capirotes; y los horquilleros, 120 escudos, que fueron colocados en la parte izquierda de sus casacas. Todos los escudos han sido bordados en hilo de oro.
A todas las novedades que la Cofradía iba a estrenar hay que sumar una sorpresa muy especial. Después de la tradicional misa del Viernes de Dolores, celebrada el 11 de abril en la iglesia de San Juan Bautista, la Real Cofradía del Santo Sepulcro regalaba a la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias un bellísimo faldón para la capilla de la Virgen. El faldón llevaba bordado en hilo de oro el escudo de la Cofradía. Este acto vino a confirma el buen estado de salud del hermanamiento entre estas dos cofradías del Viernes Santo veleño. Desde el 30 de marzo de 2001, la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y la Real Cofradía del Santo Sepulcro son las únicas cofradías hermanadas de la Semana Mayor en Vélez-Málaga.
LA SALIDA:
Llegaba el momento de que todo el trabajo realizado durante el año y la cuaresma viera la luz. Sobre las diez de la noche del 18 de abril, los horquilleros de Nuestra Señora de las Angustias escuchaban los primeros toques de campana y se disponían a mecer sobre sus hombros el magnífico grupo escultórico que tallara el imaginero granadino Domingo Sánchez Mesa en 1952. El exorno floral de la Virgen estaba compuesto por lirios morados, liliums orientales blancos y alhelíes blanco.
Y por fin llegó el gran momento. Las puertas de la iglesia de San Juan se abrieron y el pueblo de Vélez pudo contemplar por primera vez en la noche la característica mecida del trono de la Virgen de las Angustias. El ‘Consuelo Gitano’, interpretado por la Agrupación Musical Virgen de la Estrella, acompañó a la Virgen en su salida y en su trayecto hacia la plaza de la Constitución. Allí iba a producirse uno de los momentos más emocionantes de la noche. Un centenar de legionarios de la Brigada de La Legión 'Rey Alfonso XIII', con sede en Viator (Almería), esperaba a la Virgen. Los sones del ‘Toque de Oración’ y de ‘El Novio de la Muerte’ se mezclaron con el paso inconfundible del trono de Nuestra Señora de las Angustias. En definitiva, una de las más bellas estampas del Viernes Santo
LA LLUVIA:
Se iniciaba de esta manera un desfile procesional que únicamente fue capaz de deslucir la lluvia. Pero todavía habría que esperar un tiempo para que el líquido elemento hiciera su aparición. Al son de “Padre Nuestro”, el trono de Nuestra Señora de las Angustias atravesaba el camarín de la Virgen de la Piedad en dirección a la calle Salvador Rueda. Sería al final de esta calle cuando la amenaza de la lluvia se hizo presente. Las gotas comenzaron a caer, de forma muy tímida, pero el temor cundió entre los miembros de la Cofradía. Fue el primer aviso. La lluvia cesó pronto, pero una mirada al cielo no invitaba al optimismo. Las nubes habían ocupado todo el firmamento veleño y no permitían a ninguna estrella disfrutar de la belleza del Viernes Santo. Coincidió la primera aparición de la lluvia con la llegada del trono a uno de los puntos del recorrido en el que los horquilleros suelen esmerarse más: la plaza de San Juan de Dios. Un año más y como ya es tradición, la curva fue perfecta. Nuestra Señora de las Angustias continuó su recorrido por las calles Juan Bautista Hurtado y Las Tiendas y encaró la calle Félix Lomas.
Para este momento, los horquilleros estaban ya demasiado metidos en su labor y se habían olvidado de la amenaza de lluvia. El jefe de trono, Eduardo Recio se encargó de recordar el peligro latente. “Señores, está lloviendo en Málaga y para las dos de la mañana, las previsiones dan agua aquí. No os digo esto para que aceleréis el paso. Vamos a seguir haciéndolo igual de bien”. Con estas palabras, Eduardo dio ánimos a sus horquilleros, para aguantar uno de los tramos más duros del recorrido, el paso por la Tribuna de los Pobres, situada al final de la calle Félix Lomas.
EL SENTIMIENTO:
Todos los horquilleros habrían deseado esa noche que las palabras de su jefe de trono no se hubiesen cumplido, pero no pudieron ser más exactas. A las dos y diez de la madrugada, cuando el trono de la Virgen de las Angustias había vuelto a deleitar al pueblo de Vélez con una magnífica curva alrededor de la fuente de la plaza Reyes Católicos, la lluvia volvió a hacer acto de presencia, pero está vez con mayor virulencia. No había vuelta atrás. La Cofradía se encontraba en la parte final de su recorrido y la única solución era buscar refugio en el templo.
Los nazarenos que portaban los estandartes de mayor tamaño abandonaron la procesión y resguardaron los enseres de la lluvia. Los horquilleros emprendieron la marcha hacia la Tribuna Oficial. Describir su estado de ánimo es una tarea harto difícil. Muchos sentimientos e ideas confluyeron en ese momento en la mente de los portadores. “Alma de Dios” ayudó a hacer más amena la travesía por la calle Canalejas hasta la plaza de las Carmelitas. El paso por Tribuna fue atípico. Uno de los tronos con el paso más lento de Vélez-Málaga se vio obligado a atravesar la Tribuna con una velocidad que no dejo indiferente a nadie.
EL ENCIERRO:
Una vez efectuado el paso por Tribuna, en la calle Romero Pozo llegó la parada obligada para colocar un plástico sobre el trono. La Virgen fue despojada de su corona y el trono, de la cruz. Desde ahí hasta el final, todavía hay que destacar los aplausos con los que el público agradeció el esfuerzo de un horquilleros que iban emocionalmente ‘rotos’ hacia el encierro de su trono en la iglesia de San Juan. La lluvia arreciaba y lo prioritario era buscar refugio con rapidez. Vélez-Málaga despidió a la Virgen de las Angustias con un fortísimo aplauso.
Con el trono ya en la iglesia, las lágrimas afloraron en los ojos de algunos horquilleros y nazarenos. Su Virgen no había podido completar, con esplendor que acostumbra, su desfile procesional. Pero no hay motivo para estar tristes. La Cofradía completó una excelente procesión y sólo la lluvia impidió su buen hacer habitual. A buen seguro, que el año que viene, tanto horquilleros como nazarenos querrán resarcirse y ofrecerán a la capital de la Axarquía un maravilloso desfile.
Enrique Hidalgo Martín